Ni te imaginas cómo cuesta acostumbrarme a vivir sin tí.
Tuve que dejarte en la cuneta de mi camino y
¡ cómo te necesitaba !.
¡ cómo te necesitaba !.
Hemos compartido tantos momentos que no creía posible hacer nada sin tí. Tú siempre a mi lado, transmitiéndome confianza, asido a mi mano, yo besándote, oliéndote.....
Te confieso que aún te recuerdo y que en las noches te imagino junto a mí y me recreo con el olor a tí que aún conservo.
Si supieras que estoy decidida a olvidarte a cualquier precio; que la monotonía de los días, el aburrimiento cotidiano comienza a tener otro color y que esta relación tóxica que tu y yo teníamos va dejando espacio a nuevos comienzos .
Querido cigarrrillo, ya no te necesito.