EL BALCON DE LOLA

No soy escritora, pero me gusta coquetear con las palabras y alinearlas en cuentos e historias. Aquí quedan todos colgados en este balcón, para que tú puedas recrearlos, y yo sacar mis sombras a orearse. Lo hago sin ánimo de ofender, sin pretensiones de deslumbrar, tan sólo con la intención de compartir con quien pase a mirar y tal vez se quiera quedar.

domingo, 15 de mayo de 2011

SEXO Y ENGAÑO.

         En esta afición marginal de bloguera que he cogido no quiero levantar la voz. Acaso las palabras calmadas son las que construyen el mundo, el de cada uno. Yo pongo en orden mi cacofonía interior y ya expliqué que ese era el objetivo y única meta de este blog.
         Sin provocar, hoy quiero hablar de sexo. Y tampoco voy a pedir disculpas a quien le indigne, que los habrá.   Cada uno que se aplique su antídoto.
         Me eduqué en un colegio de monjas y en una familia tradicional, lo normal en  mi generación, y en algunas cosas me engañaron., o no me lo contaron todo.Tenían que habérmelo explicado, pero ni lo nombraron. Sólo me inculcaron la idea de que  cualquier atracción que sintiera por otra persona,claro, del sexo masculino,  eso era amor.
       Así que yo cogí en esos asuntos de atracción siempre el atajo más difícil, más angosto, teniendo caminos más cortos que creí ilícitos.
        Me inventé el amor, puse lo mejor de mí, me inventé al que tenía enfrente a la medida de mis necesidades, puse mi mejor cara. Pero era inevitable, lo que no existe , no es sostenible. Llamar amor al sexo sale carísimo, en lágrimas y en dolor. La piel no miente, el amor sí. Siempre. Y duele más cuando afecta a terceras personas.
        Ahora grito la frase de Fernando Castro Florez: " Hay que atreverse a perder el rostro, pero precisamente por haber dado la cara". Y he dado la cara!!
       Ahora que no necesito nada, ni tan siquiera inventarme entelequias, a estas alturas, me quedo con el sexo. Más límpio, más auténtico, más íntimo  entre dos personas que se atraen. La magia de dar-recibir y devolver  se da en " el buen sexo"  y dicen que a través de éste se puede llegar al amor, pero como dice mi amiga:  " Qué pereza!!"


Posdata: Para ser justa, con ellas, con las monjas y mi madre, no quisieron engañarme, tan sólo someterme a esta farsa para que fuera más feliz. Lo consiguieron, pero aprendí por mí solita otras cosas.