A veces ocurre que lo que sentimos y vivimos no es como creemos. Percibimos la vida con tanta nitidez y estamos tan ofuscados en lo que creemos, en lo que sentimos y vemos, que no reparamos en la versatilidad de nuestra existencia y de todo aquello que la ocupa. Mariela llegó a entender que " toda la verdad de la vida no es más que un momento, un suspiro , una sonrisa...... y el regreso al descanso eterno"
Mariela es un pensamiento trazado por la mano que obedece al alma, con el juego de los signos de puntuación, con el orden de las frases bien construidas; ha sido dibujada con frases, coloreada con palabras, pintada como un cuadro en movimiento representando en escenas aquellos momentos que Mariela vivió y sintió; creyó en su pueblo, en su origen humilde , en el joven que la cortejaba, con él conoció el primer beso, el primer baile, respiró el aire de cada calle donde le tocó vivir, de la plaza donde él le esperaba junto al pozo, paseó por las dehesas oliendo las jaras , sintió en su interior la fuerza del tiempo que va cosiendo el destino . Pero Mariela no existe, no es más que una esencia.
Sólo vuelve a existir Mariela cada vez que alguien relee la historia que la cobija, iluminando su vida con nuevas interpretaciones, con nuevos sentidos, distintos del instante en que la pensaron; ella sigue viviendo más allá de su creador, o a pesar de él, que la situó como un personaje secundario, pero ella consigue subsistir en la memoria del lector que se deleita, se emociona y la siente, atrapándola y haciéndola vivir.