EL BALCON DE LOLA

No soy escritora, pero me gusta coquetear con las palabras y alinearlas en cuentos e historias. Aquí quedan todos colgados en este balcón, para que tú puedas recrearlos, y yo sacar mis sombras a orearse. Lo hago sin ánimo de ofender, sin pretensiones de deslumbrar, tan sólo con la intención de compartir con quien pase a mirar y tal vez se quiera quedar.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Microcuento

                              Elena caminaba   en una  tarde otoñal.  El paseo le llevó al camino que conducía al cementerio. Abrió la verja con dificultad; el chirrido del metal envejecido por el tiempo resonó acompasando  sus andares. Avanzó por el sendero que se abría entre el destello de mármol de las lápidas; las letras relucían entre flores de plástico , guardando la memoria gráfica de nombres ya olvidados.
                            Al fondo divisó el panteón de piedra. En ese lugar, muchos años antes, Juan  , abrazándola, le contó historias de sus antepasados allí enterrados: su padre, su abuelo... toda una estirpe de hombres rudos y orgullosos que labraron la tierra para salir adelante;  le hizo la promesa de enterrarla allí con él cuando ambos murieran como prueba de un amor que le juró eterno y sobrenatural.

                         Ante aquel panteón buscó en su memoria qué había sido de aquel sueño de juventud y no encontró rastro.  Sus manos tocaron la puerta de cristal vidriado y acercó su cara para ver mejor las lápidas del interior.  Allí había una losa grabada en la que leyó:

                              “ Juan Rodríguez – Elena Mendizábal”
                                            fallecidos trágicamente
                                      a la temprana edad de 20 años.


.

viernes, 9 de diciembre de 2011

El territorio de la infancia


                      Las primeras tardes del otoño se hacen frías y cortas. Después de las clases espero impaciente ante el aula de los pequeños a que se abra la puerta. Repaso con desgana y frío en el cuerpo los deberes  que tengo que hacer al llegar a casa; mi estómago se  anticipa con sonoras provocaciones  evocando el bocadillo de pan blanco y tierno que me espera: - ¡qué toca hoy?- pienso, da igual mortadela, queso, crema de cacao...... nunca pongo pegas a esa comida del día. Al fin sale mi hermano pequeño, - dale la mano que no se pierda-, resuena en mi cabeza la voz de mi madre, una tarea que cada día me encomienda a mí, nunca a ellos, los otros tres hermanos varones que  me esperan en la puerta principal del centro y al vernos salen andando calle abajo charlando de sus batallas escolares del día.  - ¡esperadnos! Yo no puedo con éste.-, caso omiso, me apresuro tirando con una mano del pequeño y de la otra de las carteras, la suya y la mía que ya va teniendo su peso. 

            El ejercito uniformado de niños con trencas y  calcetines azules y zapatos gorila negros forman una oleada humana   de criaturas de tamaños reducidos con un algarabía confusa que se dispersa por las callejuelas. Después de cruzar la plaza, atenta a las indicaciones del guardia para pasar, empezamos el tramo empinado de nuestra calle y nos juntamos los cinco hermanos. Al fondo, nuestra casa nos despierta de nuevo el sabor de la merienda y hace que el paso se haga más ameno. 

            Hoy en la puerta nos espera la abuela con la tata. Adivino caras de circunstancias  extrañas que no sé interpretar, pero me hacen recordar que mi madre esa mañana dijo que no se encontraba bien. No me extraña, con esa barriga tan enorme donde al parecer se alojaba otro hermano, seguro que está relacionado con eso. Sin dejarnos subir nos despachan con un bocadillo, nos liberan de las carteras y del pequeño y nos mandan al parque. ¡no volváis hasta que vayamos a por vosotros! –

            Al fin siento que puedo andar a mis anchas, tanto como me permite este feo uniforme con el que me siento ridícula e incómoda; no sé si me queda pequeño, o es que  yo lo ocupo de otra forma, esa falda gris y áspera que antes bailaba en mis caderas ahora se ajusta como un calcetín.


            Me voy al parque donde todas las tardes me reúno con mis amigas; en los últimos tiempos hemos cambiado las sogas de saltar a la comba por corros de conversaciones llenas de complicidad y confesión. De vez en cuando algún chaval  se nos acerca  y las risitas y empujones que nos damos nos cargan de una felicidad desconocida. Solo cuando se acerca Clemente sube por mi interior algo que aún no reconozco, mis mejillas arden y me quedo sin poder pronunciar palabras, como si éstas no encontraran el camino. 

      Al caer la tarde quedamos pocos en el parque. De lejos veo a mis hermanos jugando al fútbol, como suelen hacer siempre. Cuando pienso en el momento de volver a casa aparece la tata buscándome con la mirada, se acerca, me abraza y me cubre de besos; yo, asustada, me dejo querer por ese gesto tan poco habitual en ella.     – ¡Has tenido una hermana! Por fin, Ya no tendrás que planchar tú sola tantos pantalones!- me dice. 

      Por un momento me siento feliz, pero mi extrañeza camino de casa va en aumento, sé que cosas importantes estan cambiando, que yo ya no soy la misma, pero nunca relacioné esto con los pantalones de mis hermanos.

viernes, 25 de noviembre de 2011

SOSIEGO



           Al fin se queda sola. Cuando todos se marcharon de la casa de campo, ella se sentía agotada.Solo le acompaña, como siempre, su  hijo, que  también se había rendido al sueño y descansaba en la cama grande con la promesa de que ella  iría pronto a dormir con él.

           Se acercó a la chimenea y atizó el fuego; se dejó caer en el sillón amarillo rindiéndose al cansancio ; atender a la familia, mostrarse agradable con todos, estar pendiente de que no faltara nada, el bullicio de los sobrinos, el ajetreo de los platos de la comida, la conversación insípida, todo la había agotado, sometiéndola a la realidad de la cotidianidad familiar.

           Ahora, en el refugio del sillón, llegaba su añorada soledad. Después de su divorcio había construido con ella una buena relación, la consideraba una buena amiga con la que compartir los mejores momentos; el fuego con su presencia cálida y silenciosa hacía más placentera la ocasión.

           El vestido azul, ajado por  las idas y venidas en  el jardín de la casa, sus pies descalzos arrullados al calor del fuego , sus manos resguardadas en el regazo de los bolsillos y su cabeza reposando en el respaldo del sillón ofrecían  la posición perfecta para desprenderse de todo lo  que no le importaba . Recuperaba su silencio al mismo tiempo  que se  llenaba de recuerdos  en forma de  imágenes . Ya no había heridas, ni pena ni dolor, ni preguntas sin respuestas, el tiempo había hecho su trabajo cicatrizando las marcas físicas y las del alma en un olvido lleno de memoria limpia y organizada para sobrevivir. Era su mejor momento del día y quería disfrutarlo.

martes, 15 de noviembre de 2011

¡VOLAR !


         Era un bonito día de primavera. El sol entraba a raudales por la ventana. Postrado en la cama del hospital “San Juan”, Icaro sacaba fuerzas de flaquezas para intentar extender las piernas entre las sábanas que le cubrían. A decir verdad, le molestaba tanta luz haciendo brillar los objetos tan extraños  que le rodeaban. Se cubrió con la sábana tapándose la cabeza y se centró en sus pensamientos.
     Reflexionó sobre cómo había llegado a esa decadencia física, o acaso ésta era el resultado de algo más que aún no llegaba a entender. El recordaba una mala racha, unos tiempos que se fueron torciendo  justo cuando estaba tocando el éxito profesional.
     ¿Acaso no se había matado trabajando, no era el mejor ejecutivo de la multinacional “Creta S.A.? ¿ no llevaba a casa los mejores dividendos para que no faltase de nada?. Es verdad que hacía muchas horas en la carretera, en reuniones y viajes interminables con “amigos” que le señalaban el camino del éxito y las reglas del viaje. Cuando su cuerpo se agotaba o su mente no daba más de sí, se reponía con ese polvo blanco que le ofreció su jefe. Era un acicate poder compartir con él momentos de euforia y relax. No entendió el griterío y alboroto de su familia cuando descubrieron en su chaqueta el envoltorio de la cocaína.
     En especial fue difícil con su padre, Dédalo, al que en otros tiempos se había sentido tan unido. A qué venían ahora tantas advertencias? ¿ no fue él el que le enseñó que ascender y superarse eran el camino de la libertad?.

-       Por ahí no vas bien, Icaro.- había sentenciado cuando discutieron.
- Pero padre, yo sé dónde me meto y además lo controlo perfectamente.-
-     Tendrás que parar y pensar dónde quieres llegar. ¿Merece la pena?-

     Pero él continuó con la misma vida, sin pararse , porque eso es de débiles y él no lo era. Además estaba el reconocimiento de sus compañeros y sus jefes, ¡esa palmadita en la espalda que tanto le reconfortaba!
    La última reunión fue muy intensa, en ella se estaba fraguando su ascenso al Comité Ejecutivo  y de ahí a la dirección quedaba un paso; después de la tensión liberada necesitaba tomarse una copas con los “amigos”. Recuerda que la juerga se prolongó y que al coger el coche, por un instante pensó no hacerlo, pero no se paró.
    De esto y del  accidente han pasado ya varios meses y sigue postrado en una cama que no es la suya,  sin acertar a  mover las piernas,  mientras el sol entra sin permiso por la ventana de la  habitación. Icaro se queda parado, no le queda más remedio, ya no lo puede controlar, ya no depende nada de él.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

EL COMIENZO

     Aquella mañana él llegó de uno de sus viajes más temprano que de costumbre. Sus negocios eran así y yo asumía aquellas ausencias, cada vez más repetidas y prolongadas, con la complicidad de la  mujer que le adoraba y de la  madre que no conocía otro oficio que cuidar a sus hijos con esmero.
      Aquella noche había sido tranquila, de no ser por la ausencia de la llamada a la que me tenía acostumbrada.

- Todo ha ido bien. Estoy cansado y en el hotel. Me voy a dormir. Un beso a los niños. Os quiero. Buenas noches.-

     Aquella  noche no hubo llamadas.  Recuerdo mis ojos mirando al teléfono expectantes, deseosos;  mi cabeza llena de pensamientos y presagios que revoloteaban como moscardones negros y una sombra negra de traición lacerante que comenzaba a cavar un enorme agujero en algún lugar extraño que desconocía en mi cuerpo. El sueño y el cansancio del ajetreo diario los vencieron.
     El pasó al despacho y soltó su maletín. Yo, que aún me encontraba en duermevela le seguí para ofrecerle un café. Así lo hacía siempre. Era el momento  del reencuentro, de la charla distendida, de las anécdotas.  Así era siempre.

- Tenemos que hablar – dijo.
- Sí, supongo. Ha ocurrido algo? Anoche no pude hablar contigo, tu teléfono no respondía y me quedé preocupada.-
- Bueno, quiero que lo entiendas. No podía hablar. No estaba solo.-

          Mis manos agarraron el respaldo del sillón en un intento de encontrar algo sólido. El terciopelo verde me devolvió su tacto suave.

- Quieres decir que estabas con ella?. -
- Si. No voy a mentirte.-

   Entonces sí busqué el sillón para dejarme caer en él. Volvieron los moscardones a mi cabeza con sus zumbidos, impidiéndome cualquier reflejo de respuesta medianamente humana. 

- Tenía que decírtelo. Me marcho esta tarde y no volveré.-
  
     Y siguió hablando para explicarme lo complicada que es la vida, lo duro que había sido tomar esa decisión y lo endemoniadamente complicado que le resultaba decírmelo.
     Mientras mis ojos  pasaban  revista a los libros apilados cuidadosamente en las estanterías; tamaños, temas, colores, cada cual estaba siempre en su lugar, yo me encargaba de ello en las tareas que ocupaban mis días. Ahora lo hacía  en  un intento de encontrar la armonía y el orden de siempre. Con ello apartaba la desazón, el dolor y ese vacío que iban acampando como la niebla que invade el colorido del paisaje que amamos.

- No te esfuerces. Ya sé que me quieres. Te apetece  ahora un café?.


P.D.  Como os ha causado perplejidad, tengo que deciros que este post no es autobiográfico. Casi nada de lo que escribo lo es, aunque mi "mirada" sobre el relato os recuerde a mí.¿ Acaso existe algún escritor que no refleje su visión sobre lo que escribe?. En los relatos trato de crear historias que provoquen emociones , no contaros mi propia historia. ! Sería demasiado aburrido!

                              

martes, 20 de septiembre de 2011

EL TERCER HOMBRE

 He conocido al Tercer Hombre. La designación no es precisa, más bien fortuíta y caprichosa
El Tercer Hombre, como el de Graham Greene, tiene algo de misterio, y mucho de expectativa.
El Tercer Hombre, como el de Graham Greene, no es sólo un número ordinal. El orden no siempre conlleva "ordenación enumerada de las cosas"; también desde el caos, a veces, el encuentro de dos  seres aislados que chocan en un espacio y un tiempo pueden ser  orden, por ejemplo, el tercero. 
El Tercer Hombre, además de un Orson Welles magnífico en la película, es un "naúfrago". Así lo he definido. Claro que ser definido por una "disidente" como yo, no tiene mucho valor, ni credibilidad. El naúfrago bracea para sobrevivir, quiere llegar, la disidente ya no bracea, se deja llevar por el oleaje porque le da igual llegar que no.
El Tercer Hombre es un tipo especial. Parece que está por llegar..... o que siempre está llegando......  aún no se si va o viene de vueltas.Me gusta esa sensación de interinidad vital. Qué es la vida si no éso!!

jueves, 15 de septiembre de 2011

VOLVER

Siempre estamos de vuelta.
Siempre empezamos de nuevo, y es porque estamos vivos. No está mal estar vivos.
De vuelta a mi pueblo, de donde nunca fui, ni me permitirán ser,  donde nadie me espera y ahora que vuelvo sé que algún día me iré.
De vuelta a mi plaza, donde sus piedras me acogen, cautivándome con su magnetismo pétreo . Unas tienen forma de corazón, sobre otras pasean corazones de piedra pero nunca cambian ni se van.
De nuevo abro de par en par el balcón por donde entra el poco aire límpio que aún respiro. Es mi atalaya desde la que contemplo cómo el tiempo va pasando, transformando la soledad en soberanía, el olvido, invertido a plazo fijo,  en una buena renta.
He vuelto después de abrazar a los amigos que nunca quise quedar en la cuneta de mi camino, porque siempre merece la pena volver a verlos, aunque nos busquemos de tarde en tarde. Con ellos he vuelto a recorrer las pliegues del alma, acariciando las cicatrices de antiguas heridas, cosidas con esmero. Ya no tienen rostro, ni forma, ni nombre. Sólo yo sé el precio que he pagado por ellas, para lucirlas con orgullo, porque ahora sé que el futuro con ellas es mas hermoso  que el desierto que me ofrecías.
Tú, amigo , también has decidido volver. Eres como yo: no hay tiempo para la derrota. Lo hemos hablado, como tantas cosas: el futuro es la única puerta que no puede cerrarse. Tras su umbral los fuertes construyen sin destruir, los miserables arrastran sus ruinas y los débiles acarrean llantos y fatigas. Los dos sabemos en qué grupo queremos estar.
Seguiremos adelante, y para ello hay que volver. 

viernes, 5 de agosto de 2011

DISTRACCION VERANIEGA

     Los expertos en esto de gestionar un blog dicen que hay que escribir, que hay que mantenerlo activo y publicar entradas porque si no el personal se aburre, se cansa y no vuelve a pasar por tu  blog. 

     Debe ser verdad, pero a veces una está tan  abstraída  en vivir   que no encuentra el motivo o la inspiración; también porque ocurren cosas que mejor no contarlas ni compartirlas, no vaya a ser que al ordenarlas pierdan su magia.
     
       Algunas veces la vida coge su senda derechita y no se sale de ahí, haciéndote sentir que avanzas por ella con  la seguridad, la elegancia y el glamour de una top model en la pasarela. 

      Otras veces te pone por delante los caminos más agrestes y escarpados para que  te  puedas sentir como Scott  y Admusen  rumbo  a la Antártida.  Es en estos últimos  caminos  en los que me da por esta afición  de expresarme  con torpes palabras  y ordenar mis desvaríos mentales.  Como decía  Ana María Matute, “la literatura es un estado de rebelión íntima que ayuda a trascender las etapas de soledad por las que, tantas veces, transita la vida”  y ahora  no me encuentro en rebelión íntima, más bien en complacencia conmigo misma, y sola me encuentro feliz.  
    
    Debe ser que el verano me entretiene, o  que me pasa como a mi abuela que cuando se le llenaba la casa de niños, mi abuelo, octogenario muy bien atendido siempre por su esposa,  le decía :

_ María, tú me quieres?_
_ Ay! Por Díos ¡ Cómo me dices eso?_
_ No , es que te encuentro un poco distraída._

       Cuando la vida nos tiene distraídos, nos descuidamos de cosas importantes , y  colgar en este  balcón  mis pensamientos  para que se oreen, y tú puedas recrearte en ellos,  es para mí muy valioso, no sé si  a veces interesante para tí.   Lo  que me guardo para que no pierda su magia ,  seguro que más adelante se irá filtrando, cuando reposen bien los posos  en el fondo y podamos compartirlo como compartiríamos un buen vino. 



 

jueves, 28 de julio de 2011

LOS SUEÑOS.

               La verja del cementerio se abrió con dificultad. El chirrido del metal envejecido por el tiempo  resonó acompasando sus pasos; los años habían lentificado sus andares siempre apresurados y decididos . Avanzó por el sendero que se abría entre el destello del mármol de las lápidas. Los nombres brillaban entre flores ajadas, plásticos relucientes de otros tiempos en memoria de nombres  ya olvidados.
            Al fondo recordaba el panteón de piedra. Rememoró, una vez más, la tarde en la que, en ese lugar, él le contaba historias de sus antepasados allí enterrados. Su padre, su abuelo.... toda una estirpe de hombres rudos y orgullosos que trabajaron la tierra para salir adelante. Aún recordaba su promesa de enterrarla allí con él cuando ambos murieran. Eran tiempos en los que aún no había aprendido que la vida nos lleva sin muchos miramientos por  donde quiere. Ahora, después de tantos años, le parecía un delirio de mentes adolescentes que creen que todo es eterno, y más  los aprietos  del corazón. 

             Nada fue como parecía ser ese día, ni tan eterno, ni tan verdadero.  Cada uno vivió su vida desde mundos que nunca se pudieron encontrar. La de él, cosida por la triste historia del alcohol que envileció su alma, engendrando infelicidad a su alrededor, y complicando  una  existencia que muchos habían augurado exitosa.La de ella, tranquila, predecible, sin más sobresaltos que la crianza de los hijos, la sumisión al hogar y al marido y la adaptación a una sociedad rural y provinciana que no permitía a las mujeres  tener muchos sueños, y menos correr tras ellos.

             Ahora, tantos años después, quería recordar a aquel triste hombre , de vida gris, que en su juventud significó el despertar  de tantos sueños. Ella ya se había dado cuenta de  que los sueños son eso que nunca llegamos a alcanzar y que cuando creemos tenerlos se desvanecen convirtiéndose en bruma. Sólo los que no alcanzamos son los que no nos defraudan, y perseguimos su estela toda la vida. Por eso estaba allí, en el otoño de su madurez, a evocar ante aquella tumba los sueños que le habían empujado a través de los días y nunca se habían cumplido. 
     
Depositó unas flores frescas ante la lápida; pasó sus dedos por ella recorriendo las letras doradas de su nombre. -" Te esperé siempre, pero nunca estuviste a la altura de mis sueños; mejor así"-. Deshizo sus pasos y con lenta predisposición salió de allí para continuar con sus días y sus noches ya sin esperar nada, con el conformismo que recibes de  los años  ya vividos y guardando muy dentro esa vida con la que un día soñó.
               
            

lunes, 11 de julio de 2011

HACER HISTORIA.

    La historia se escribe directa y firme, a pesar de los renglones torcidos. Nunca nadie ha podido pararla.

   Me refiero a la nuestra, nuestra historia, la que se escribe con miles de pequeñas historias, hechos, conversaciones, gestos, palabras, aciertos y errores que van hilando una vida.

      Con la perspectiva de los años   aprendí que todo aquello que lanzamos a al universo nos es devuelto en la misma medida y forma. Es un boomerang del que nadie ha podido escapar. Estamos tan absortos en vivir, nos dedicamos a ello con entusiasmo unas veces, con astío otras, que apenas tenemos tiempo para interpretar porqué ocurren determinadas cosas en nuestras vidas.

        Los hechos simples cambian historias personales; he sentido cómo  una mano que roza  otra mano llega a cambiar el rumbo de una vida. Una palabra que decimos, la que dejamos de decir, un gesto súbito, una decisión improvisada, son tan importantes como las grandes batallas que cambiaron el curso de la historia  de la humanidad.


       Cuando miramos hacia atrás , descubrimos aquellas pequeñas o grandes cirscustancias de nuestras vidas en las que nos vimos inmersos sin demasiada conciencia de lo que hacíamos, y cómo éso supuso un antes y un después que ya difícilmente podemos corregir. Sólo el "darse cuenta" nos sirve para comprender, aceptarnos y recoger lo sembrado.
       Parece sencillo, "darse cuenta", pero es tan difícil estar en contacto con una misma, saber lo que sientes y deseas, cuando lo que ocurre en el exterior te empuja sin preguntar ni pedir permiso..... Lo que está fuera de la piél no puedes cambiarlo, simplemente "es" , pero podemos  escribir  y contar  lo que nos  sucede como la mejor de las autoras del universo literario. 

viernes, 24 de junio de 2011

NOCHE DE SAN JUAN


              Esta noche ha sido la noche más corta del año. Noche empañada de magia, de costumbres ancestrales, de deseos y sueños quemados en el fuego o purificados en el agua.

             Es la noche de los sueños latentes; de esos que nunca dejan de ser sueños porque nunca los alcanzamos. El embrujo de la noche nos lleva al reencuentro con los deseos que el resto del día acallamos sometiéndolos al implacable vivir gregario que hemos inventado.
              Debajo de mi balcón un grupo de gente baila alrededor de la hoguera, cantan , saltan sobre el fuego invocando a la magia. El mayor sueño que buscamos es  vivir y morir feliz, algo que a mí se me antoja demasiado inocente, poco humano,  muy aburrido. Soy de las que creen que " en el dolor nos hacemos y en el placer nos gastamos". No sé de quién  es esta frase pero la hago mía.

             En noches como éstas, las emociones siguen su rumbo cavando la trampa de los deseos, que son legítimos, pero no todas las respuestas a los deseos son inteligentes, ni nos hacen bien; menos aún si responden a nuestras necesidades porque es entonces   cuando suelen ser traicioneros.  A mí me traicionaron los deseos de una noche de San Juan llevándome a l peor error de mi vida. Este año ya no tengo que quemar nada, todo ardió en el momento en que  dejó de tener  prestancia; la vulgaridad y la mediocridad arden solas.
             Muchas noches tiene el año para soñar, para desear, para olvidar,para huir, para recomponer los añicos  de los errores,  y son  largas, cortas, resplandecientes, oscuras, traicioneras o mágicas, como tú las quieras tener. 

jueves, 2 de junio de 2011

LA CARA DE LA MINISTRA

          Me ha conmovido. La foto de Carme Chacón en la ejecutiva del Psoe, un primer plano, me emocionó tanto..... pero también me inspira ternura. Si la tuviera al lado la abrazaría: Pero Carme!! es que tú no sabías ya que ésto es así?, Que este juego de la política está hecho por ellos y sigue siendo de ellos?.
          Carme es como yo, como muchas, en la cara se nos lee todo. En rueda de prensa  su boca anuncia  un acto de "generosidad", de "solidaridad"  por la unidad del partido y su cara expresa rabia contenida, indignación, también desilusión. Es lo que llamamos incongruencia del mensaje.
         Yo  pregunto:  si ella hubiese tenido la mayoría de apoyos,  Rubalcaba hubiese sido igual de generoso?. Creo que no. La generosidad, el sacrificio, son virtudes estereotipadamente  femeninas, por eso se esperan de nosotras y se nos piden . Además la política sigue siendo, a mi parecer, una sinfonía  de machismos  muy bien orquestada. Tanto que incluso las mujeres que están dentro , para sobrevivir, se aplican a los roles masculinos ; acaso tenemos otro modelo? Admiro a aquellas mujeres que introducen otras perspectivas  y formas en la política, las hay,  es posible, aunque sea en algo tan natural y rompedor como una ministra de defensa  luciendo su embarazo; pero también  las he conocido que incluso gritaban: "Por mis santos coj____ !! , lo cual me parece la mayor perversión del lenguaje para mimetizarse con la clase política histórica. 
 
      Sufro el mal del desencanto con la política, aún no el de la indignación, que está en pandemia. Creo que tendríamos que dar el poder a gente normal pero la clase política se empeña en no serlo; como si al entrar recibieran un bautismo especial. Conocí muy de cerca  a un político que se vanagloriaba de ser una "persona poco común" y ciertamente después comprobé que lo era, poco común por su parálisis moral, por la poca altura de sus valores y de sus compromisos ideológicos y vitales. Está claro que arrastran a la política sus miserias y sus glorias, sus filias y sus fobias,  y no podemos evitar que les ocurran cosas como al resto de los mortales pero en el espejo público, o sea, que nos refleja al resto.
        Animo Carme, ésto es sólo un revés que te enaltece como mujer y como política. Yo decidí hace tiempo retirarme del ágora; ahora soy feliz subida a mi balcón, cada dia más florido y soleado; en él tengo una imágen cenital de la vida , de la política, y de todas las especies raras que se pasean por ella. El  panorama no es esperanzador, pero al menos seguimos viviendo en democracia.
 

domingo, 15 de mayo de 2011

SEXO Y ENGAÑO.

         En esta afición marginal de bloguera que he cogido no quiero levantar la voz. Acaso las palabras calmadas son las que construyen el mundo, el de cada uno. Yo pongo en orden mi cacofonía interior y ya expliqué que ese era el objetivo y única meta de este blog.
         Sin provocar, hoy quiero hablar de sexo. Y tampoco voy a pedir disculpas a quien le indigne, que los habrá.   Cada uno que se aplique su antídoto.
         Me eduqué en un colegio de monjas y en una familia tradicional, lo normal en  mi generación, y en algunas cosas me engañaron., o no me lo contaron todo.Tenían que habérmelo explicado, pero ni lo nombraron. Sólo me inculcaron la idea de que  cualquier atracción que sintiera por otra persona,claro, del sexo masculino,  eso era amor.
       Así que yo cogí en esos asuntos de atracción siempre el atajo más difícil, más angosto, teniendo caminos más cortos que creí ilícitos.
        Me inventé el amor, puse lo mejor de mí, me inventé al que tenía enfrente a la medida de mis necesidades, puse mi mejor cara. Pero era inevitable, lo que no existe , no es sostenible. Llamar amor al sexo sale carísimo, en lágrimas y en dolor. La piel no miente, el amor sí. Siempre. Y duele más cuando afecta a terceras personas.
        Ahora grito la frase de Fernando Castro Florez: " Hay que atreverse a perder el rostro, pero precisamente por haber dado la cara". Y he dado la cara!!
       Ahora que no necesito nada, ni tan siquiera inventarme entelequias, a estas alturas, me quedo con el sexo. Más límpio, más auténtico, más íntimo  entre dos personas que se atraen. La magia de dar-recibir y devolver  se da en " el buen sexo"  y dicen que a través de éste se puede llegar al amor, pero como dice mi amiga:  " Qué pereza!!"


Posdata: Para ser justa, con ellas, con las monjas y mi madre, no quisieron engañarme, tan sólo someterme a esta farsa para que fuera más feliz. Lo consiguieron, pero aprendí por mí solita otras cosas.

martes, 5 de abril de 2011

METAMORFOSIS

                  Los dos estaban junto a la puerta. A oscuras y en silencio habían bajado las escaleras que conducían a la salida. Un intervalo  para abrir, unos segundos de espera; tan sólo se oía la respiración de él, discontínua, desacompasada, como estertores moribundos. 

              A pesar de conocer su traición, ella  esperaba una palabra, un gesto, pero se había acostumbrado hacía tiempo a que el alcohol le provocara un  óxido metálico , cubriéndole desde el alma hasta la boca,nublando su inteligencia e  impidiendo la salida a cualquier raciocinio humano. Había tenido muchas ocasiones para olerlo cerca de ella. Tampoco quiso mirarlo; en sus ojos  ya no encontraba  la nitidez  ni la ternura de otros tiempos; se habían vuelto turbios, apagados, como el efecto del vaho que empaña el cristal donde nos miramos.
          Abrió  la puerta  dando paso a la penumbra de la noche  y una ráfaga de aire frío se coló entre ellos, sintiéndose reconfortada, la oscura habitación de donde venían empezaba a tener el hedor húmedo de la tierra mohosa. En el suelo del portal una rana de piedra le miraba  con desdén delatador , bajo ella  habían guardado la llave con la que muchos dias accedía a  largas noches de pasión y ternura,  ahora agonizantes, que habían compartido.

           Hacia adelante surgían los escalones. Le llevarían hacia el exterior de la casa . Si los cruzaba nunca volvería a recorrerlos; ya había recogido todas las  pertenencias que había atesorado en esa habitación:  una enorme pasión, una fe ciega y una esperanza blanca.
        Decidida, salió a la calle. La luna arriba lucía su sutil insidia de siempre medio oculta tras las nubes; agarró con fuerza su bolso y caminó lentamente en dirección a su casa. Un frío extraño le calaba los huesos y tenía la boca seca, o el corazón, pero a éste ya no le hacía caso.Tras sus pasos, un reguero de deseos desperdiciados y una llovizna de  pena negra iban formando charcos sobre el asfalto. Le acompañaba una   sombra de la  traición lacerante con la que nunca soñó.

        Al entrar en su casa,  vació el bolso sobre la cama; todo lo que encontró en él, además de sus   siempre fieles cigarrillos,  fue una enorme compasión, una certeza palpitante y una dignidad descosida. Recogió todo  con decisión, los apiló en el cajón de la mesilla de noche y  se acostó. Esa noche durmió placidamente después de mucho tiempo.

lunes, 21 de marzo de 2011

FOLIO EN BLANCO

                                        Un folio en blanco es mucho mas que un papel.
                 Hay veces en que un folio en blanco se convierte en el cubo de basura del alma, recogiendo todo lo que se va marchitando, lo que ya no luce en su esplendor;  al depositar las palabras, el papel se lleva todo aquello que sabes que no lo puedes seguir conservando con el mismo brillo que un día tuvo.
                Aveces un folio en blanco es una tentación que aparece en la vorágine de apuntes de oposición y haces un inciso para llenar con  palabras de  historias sentidas, con recuerdos que te asaltan, creando un pequeño universo momentáneo en el que evadirte.
               En cambio, otras veces, un folio en blanco se convierte en la esperanza de poder  explicarte lo que tú no sabes, y me esfuerzo con las palabras, con los signos y sus reglas, haciendo encaje de bolillos literario para contarte lo que   sería tan fácil decirte si estuvieras delante.
                Un folio en blanco puede ser un billete de ida y vuelta canjeado en la mesilla de noche, junto a la cama que compartimos una día llenándola de besos y abrazos desesperados, en forma de nota con un "te quiero" esperanzado o un "olvídame" de punto y final.

domingo, 13 de marzo de 2011

EL FUNERAL

Hace unos días asistí al funeral de un familiar.A estas ocasiones me lleva más el acto social en sí que el marco religioso en el que se desarrolla, pero fue la ocasión de reencontrarme con  las palabras y el espacio físico de lo que en otros tiempos asumí como propio.
No sé si fue lo fastuoso de templo o las frases escuchadas las que me provocaron un estado disonante en el que aún me encuentro. Me agradó que ante lo que estábamos no era un cadáver, sino una vida que se terminaba, aún así, tuve que redefinir todo lo que oía para sintonizar con lo que allí  pretendíamos.

                 " Con una palabra tuya bastará para sanarme". !Qué hermoso! pensaba yo mientras recordaba  ocasiones de mi vida marcadas por la incomunicación, fácil decir que es en el amor ;  el dolor que causa una palabra no dicha y el poder de curación de otra pronunciada a tiempo. Pero no sé si el sacerdote se refería a  lo mismo.

                  " El aceite del consuelo y el vino de la esperanza" .Magnifica metáfora, me decía. Sólo los que lo hemos  pasado mal sabemos que unas buenas tostadas de aceite o un buen vino con una amiga nos traen el consuelo y la esperanza.

El sacerdote seguía hablando de un cuerpo y de miembros anexionados que somos a ese cuerpo. Yo pensaba en la difunta que había donado todos sus órganos y la imaginaba siendo un miembro defectuoso de ese cuerpo al que todos pertenecemos. Creo que se refería al mismo anhelo que sentimos de estar unidos a quien amamos.

               " Baja, Padre amado, a abrir a nuestra hermana la puerta de tu mansión" . Una humilde mujer que había vivido de manera sencilla toda su vida, la vi recorriendo una enorme y majestuosa escalinata y arriba era  recibida con los honores de una reina. Bueno, siempre que se le considerara merecedora de ello.

                 No quiero ser irreverente. Siempre fui respetuosa con las creencias ajenas, salvo con aquellas que dañan a otros o a su libertad. Y estas no lo son. Pero podría haber formas más directas, palabras más sencillas para explicar el paso de la muerte. No puedo evitar sentirme perpleja ante la difícil traducción que tuve que hacer. O acaso compartíamos el sacerdote y yo el mismo espíritu , pero con distinta melodía.

jueves, 3 de marzo de 2011

VIVIENDO , GERUNDIO Y MITO.



       El paso de los años no sólo nos aporta vejez, sino también sabiduría.Este hecho común no pasa desapercibido para nadie que mira hacia atrás. Cuando nos permitimos esta mirada retrospectiva lo mejor es la evocación de aquellos episodios pasados que fueron hilando una historia protagonizada por nosotras mismas.
       No me gusta la palabra destino. Nunca la entendí. Nada se me dió escrito de antemano y creo que a nadie se le puede eximir de escribir con puño firme cada acto, cada palabra, cada suceso....
          Cuando pude pilotar mi propia vida conocí la libertad de dibujar cada día los caminos de la felicidad, o al menos de aquello que se me antojaba como tal, a veces sin saber bien si lo era ; confundiendo mis sueños y mis emociones con lo reglamentariamente esperado de mí anduve correteando mil y una formas de mujer.

        Ahora con la sabiduría de los años me permito reconciliarme conmigo misma viéndome reflejada en tantas historias de mujeres que ocuparon la mitología. Sin saber por qué creo que ellas siguen perpetuándose eternamente en nosotras.
        Comencé siendo una Galatea, esculpida por su Pigmalión a su imagen y semejanza. Era sencillo que él me adorara y para mí, sentirme venerada.Pero duró poco el tránsito. Me transformé en la desafiante Antígona, hija de Edipo, retando las normas y encontrando valor en el sufrimiento.
        Por la enajenación que produce el amor,  me ví como una bacante, recorriendo el mundo detrás del siempre incierto dios Dionisio, divirtiéndome en sus orgías y festivales etílicos. Aquí fui yo la que derrochaba veneración ante un muro de piedra. Acabé siendo la paciente y fiel Penélope, tejiendo de día y deshaciendo de noche una maraña de sueños esperando el reencuentro.
          Otras ocasiones me dibujé como Perséphone, pasando del mundo de la luz al de las penumbras, reino tenebroso y lleno de horrores, ascendiendo y descendiéndo esperando que alguien bajara a rescatarme. El camino de vuelta lo encontré yo sola porque hoy día nadie baja al infierno a buscar a nadie.

          Aún me queda vida, espero al menos el día  de hoy, para transformarme en lo que decida. Una explicación mitológica de mi supervivencia no es más que un lujo que me permito para calmar el vértigo de vivir como quiero y seguir confundiendo los seres monstruosos y mágicos que aún nos habitan.

sábado, 12 de febrero de 2011

CALAMIDAD (en conclusión)

por extraña conjunción en mí,
cuerpo y alma
imploran y suplican al unísono
el retorno a tus Sombras,
pero llega el reinado de la razón.
pobre corazón idiota!
si tuviera cerebro el corazón!

miércoles, 26 de enero de 2011

CALAMIDAD ( inconclusa)

Pobre corazón idiota!
huiste de quien te adora
lloras por quien te ignora.

DESPERTARES

        Como todas las mañanas se levanta de la cama de un salto. Es muy temprano, aún no asoma la tenue luz que anuncia otro día. No le cuesta ningún trabajo hacerlo; lo hace con el mismo resorte de quien se levanta de una silla para continuar la tarea  largamente planificada; su inercia, su disposición no se ven aplacadas por las horas de sueño.



         Con la serenidad impetuosa que la caracteriza comienza como cada día a levantar y a preparar a su hijo pequeño para llevarlo al autobús escolar; actúa como cualquier madre ante la lentitud somnolienta de él, le apremia  con el desayuno mientras él se enfrasca en su ritual de colacao con galletas, le ayuda con su pequeña mochila  en la que atesora sus puzles y lápices.....

       Cuando van por la calle, asida su mano regordeta, acompañando sus pasos inciertos e indisciplinados, su carita redonda y ojos achinados, se siente bendecida por ese hijo que la diferencia del gris y uniforme paisaje humano.

         Cuando decidió emprender el viaje de la maternidad añosa no predijo un destino distinto, pero  lo fué. Con el embarazo creció dentro de ella, no sólo una vida para él, sino también una nueva vida para ella, educada en la convicción de la normalidad y ajena a la ruleta de la suerte que es vivir. Rompió  la monotonía de los días, la naturalidad de ver crecer a un hijo sin mayores esfuerzos ni más complicaciones que las esperadas, se subió a esa montaña rusa de lo desconocido encontrando un nuevo orden en el mundo que hasta entonces no existía, al menos en su vida.

       Como cada mañana,al dejarlo en el autobús, le mira a los ojos y tras  el verde intenso de sus pupilas  encuentra  toda la ternura incondicional y el cariño ciego que espera cualquier madre ,  pero ella sabe que no es igual; así retoma el día  preguntándose si ella hizo diferente a su hijo o su hijo la hizo diferente a ella.

miércoles, 5 de enero de 2011

MARIELA

                 A veces ocurre que lo que sentimos y vivimos no es como creemos. Percibimos la vida con tanta nitidez y estamos tan ofuscados  en lo que creemos, en lo que sentimos y vemos, que no reparamos en la versatilidad  de nuestra existencia y de todo aquello que la ocupa. Mariela llegó a entender que " toda la verdad de la vida no es más que un momento, un suspiro , una sonrisa...... y el regreso al descanso eterno"

     Mariela es un pensamiento trazado por la mano que obedece al alma, con el juego de los signos de puntuación, con el orden de las frases bien construidas; ha sido dibujada con frases, coloreada con palabras, pintada como un cuadro en movimiento representando en escenas aquellos momentos que Mariela vivió y sintió; creyó en su pueblo, en su origen humilde , en el joven que la cortejaba, con él conoció el primer beso, el primer baile,  respiró el aire de cada calle donde le tocó vivir, de la plaza  donde él le esperaba junto al pozo, paseó por las dehesas oliendo las jaras ,  sintió en su interior la fuerza del tiempo que va cosiendo el destino . Pero Mariela no existe, no es más que una esencia.
           
           Sólo vuelve a existir Mariela cada vez que alguien relee la historia que la cobija, iluminando  su vida con  nuevas interpretaciones, con nuevos sentidos, distintos del instante en que la pensaron; ella sigue viviendo más allá de su creador, o a pesar de él, que la situó como un  personaje secundario, pero ella consigue  subsistir  en la memoria del lector que se deleita, se emociona y la siente, atrapándola y haciéndola vivir.