EL BALCON DE LOLA

No soy escritora, pero me gusta coquetear con las palabras y alinearlas en cuentos e historias. Aquí quedan todos colgados en este balcón, para que tú puedas recrearlos, y yo sacar mis sombras a orearse. Lo hago sin ánimo de ofender, sin pretensiones de deslumbrar, tan sólo con la intención de compartir con quien pase a mirar y tal vez se quiera quedar.

jueves, 2 de junio de 2011

LA CARA DE LA MINISTRA

          Me ha conmovido. La foto de Carme Chacón en la ejecutiva del Psoe, un primer plano, me emocionó tanto..... pero también me inspira ternura. Si la tuviera al lado la abrazaría: Pero Carme!! es que tú no sabías ya que ésto es así?, Que este juego de la política está hecho por ellos y sigue siendo de ellos?.
          Carme es como yo, como muchas, en la cara se nos lee todo. En rueda de prensa  su boca anuncia  un acto de "generosidad", de "solidaridad"  por la unidad del partido y su cara expresa rabia contenida, indignación, también desilusión. Es lo que llamamos incongruencia del mensaje.
         Yo  pregunto:  si ella hubiese tenido la mayoría de apoyos,  Rubalcaba hubiese sido igual de generoso?. Creo que no. La generosidad, el sacrificio, son virtudes estereotipadamente  femeninas, por eso se esperan de nosotras y se nos piden . Además la política sigue siendo, a mi parecer, una sinfonía  de machismos  muy bien orquestada. Tanto que incluso las mujeres que están dentro , para sobrevivir, se aplican a los roles masculinos ; acaso tenemos otro modelo? Admiro a aquellas mujeres que introducen otras perspectivas  y formas en la política, las hay,  es posible, aunque sea en algo tan natural y rompedor como una ministra de defensa  luciendo su embarazo; pero también  las he conocido que incluso gritaban: "Por mis santos coj____ !! , lo cual me parece la mayor perversión del lenguaje para mimetizarse con la clase política histórica. 
 
      Sufro el mal del desencanto con la política, aún no el de la indignación, que está en pandemia. Creo que tendríamos que dar el poder a gente normal pero la clase política se empeña en no serlo; como si al entrar recibieran un bautismo especial. Conocí muy de cerca  a un político que se vanagloriaba de ser una "persona poco común" y ciertamente después comprobé que lo era, poco común por su parálisis moral, por la poca altura de sus valores y de sus compromisos ideológicos y vitales. Está claro que arrastran a la política sus miserias y sus glorias, sus filias y sus fobias,  y no podemos evitar que les ocurran cosas como al resto de los mortales pero en el espejo público, o sea, que nos refleja al resto.
        Animo Carme, ésto es sólo un revés que te enaltece como mujer y como política. Yo decidí hace tiempo retirarme del ágora; ahora soy feliz subida a mi balcón, cada dia más florido y soleado; en él tengo una imágen cenital de la vida , de la política, y de todas las especies raras que se pasean por ella. El  panorama no es esperanzador, pero al menos seguimos viviendo en democracia.