EL BALCON DE LOLA

No soy escritora, pero me gusta coquetear con las palabras y alinearlas en cuentos e historias. Aquí quedan todos colgados en este balcón, para que tú puedas recrearlos, y yo sacar mis sombras a orearse. Lo hago sin ánimo de ofender, sin pretensiones de deslumbrar, tan sólo con la intención de compartir con quien pase a mirar y tal vez se quiera quedar.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

NOVIEMBRE DE NUEVO

         El  mes de noviembre me regala un año más el vuelo de las grullas. Como pájaros de otro mundo me acompañan en la carretera haciendo los kilómetros más livianos. La silueta de una grulla en vuelo tiene la elegancia de Nijinsky en el escenario y me hacen levantar la mirada del gris asfalto.
         Este año le acompañan  los sones, aún lejanos, de las andanzas políticas previas a las elecciones locales y autonómicas; unos se van, otros llegarán, y también los hay que vuelven; será por la misma adrenalina que nos engancha a las que observamos expectantes el espectáculo, ejerciendo el poder sobre nuestras vidas y transformándonos a nosotras mismas. 
      Las tardes de noviembre  me traen el bálsamo de la amistad que huele a bizcocho recién hecho, amasado con confidencias, complicidad y se come con el alma encima de la mesa y el corazón en la mano sin miedo a que en un traspiés te lo pisen. Otras tardes me regalan el olor a heno, a los pastos donde las cabras recién paridas pasean esa maternidad distraida de quien no sabe ni cómo ha ocurrido.   
       Al caer la noche me invade de nuevo el sabor amargo y húmedo de la deslealtad, como el whisky  que la propicia, como la música que la acompaña. Es el sonido de aguas turbulentas bajo el puente que yo creí indestructible, como el de Benedetti,  sobre el que tantas veces traspasé las sombras abismales que tú ponías a mis pies.No queda ni táctica ni estrategia.  La deslealtad se bebe a sorbitos, pero siempre sabe a hiel, como el olvido forzado.
    Noviembre llega gris, frío, con olor a vela derretida y nostalgias que no cesan; habrá que vivirlo.